En diciembre de 2004, un devastador tsunami causó la muerte de 2 278,992 personas y pérdidas materiales de 10 000 millones de dólares en 14 países, resaltando la necesidad de medidas para reducir los riesgos en comunidades costeras.

En respuesta, la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO (COI) creó la Unidad de Tsunamis con el fin de proteger vidas y medios de subsistencia, destacando el Programa Tsunami Ready, diseñado para sensibilizar y promover estrategias de mitigación.

Desde 2015, el programa ha sido implementado como un proyecto piloto comunitario internacional basado en el desempeño, ayudando a las comunidades a adoptar medidas preventivas.Sin embargo, la certificación Tsunami Ready no garantiza la total preparación ante un tsunami real, sino que reconoce las medidas adoptadas para  mitigar el riesgo.

El programa Tsunami Ready también contribuye al Marco de Sendai, enfocándose en comprender los riesgos y mejorar la preparación para una respuesta eficaz, además de apoyar sus siete metas globales.

Objetivos del Programa Tsunami Ready

El programa Tsunami Ready tiene como finalidad mejorar la preparación de las comunidades costeras frente a los tsunamis, minimizando las pérdidas humanas, materiales y de medios de subsistencia. Busca crear comunidades resilientes mediante estrategias de concienciación y preparación.

Para lograrlo, se requiere la colaboración de diversos actores y el cumplimiento de 12 indicadores que se centran en tres objetivos: evaluación, preparación y respuesta. 

La evaluación implica identificar áreas de peligrosidad, la población expuesta y su capacidad para enfrentarla, mientras que la preparación incluye definir rutas de evacuación y señalizarlas, capacitar a la comunidad y prepararla con ejercicios comunitarios y disponer de materiales adecuados. Finalmente, las ciudades deben contar con un plan de respuesta local ante tsunamis.

Inocar y el liderazgo de Ecuador en Tsunami Ready

El Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar), como punto focal del Sistema de Alerta de Tsunamis del   Pacífico desde 1976 y miembro de la COI, trabaja para reducir las pérdidas humanas y económicas causadas por los tsunamis. En 2016 presentó su interés ante la Asamblea de la COI para que las poblaciones costeras de Galápagos se convirtieran en ciudades Tsunami Ready.

Desde entonces ha promovido acciones para cumplir con los indicadores del  programa. En 2021, Puerto Baquerizo Moreno, Puerto Ayora y Puerto Villamil solicitaron su certificación, iniciando el proceso con el apoyo del Inocar, el Consejo de Gobierno de Galápagos, los municipios locales y la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos. 

Entre estas actividades se destaca la conformación del Comité Nacional, Tsunami Ready el 12 de agosto de 2024 en Quito, integrado por el secretario Nacional de Gestión de Riesgos como presidente, el director del Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada y el director del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional.

El Inocar ha evaluado la amenaza de   tsunamis en más de 30 localidades y ha elaborado mapas de inundación para cada una de ellas. Gracias a estos esfuerzos, Ecuador cuenta con las primeras ciudades Tsunami Ready en Sudamérica: Puerto Baquerizo Moreno obtuvo la certificación en octubre de 2024 y Puerto Ayora junto con Puerto Villamil se han sumado a este propósito.

 «Estas certificaciones promueven ciudades seguras y resilientes ante los tsunamis, pero sobre todo fomenta el trabajo comunitario para reducir el riesgo de tsunamis a nivel local y nacional», señaló el capitán de Navío Andrés Pazmiño Manrique, director Ejecutivo del Inocar.

Hacia comunidades resilientes

El programa Tsunami Ready no solo se enfoca en planes de emergencia y rutas de evacuación, sino que también destaca la importancia de empoderar a una localidad o comunidad a enfrentar la amenaza de los tsunamis con sus capacidades.

Esto incluye elegir lugares estratégicos en áreas no inundables o zonas altas, planificar rutas de evacuación accesibles, utilizar materiales y      recursos locales que soporten la fuerza de las olas de los tsunamis. Estas medidas son esenciales para garantizar la seguridad y fortalecer la      resiliencia de las comunidades frente a estos eventos.

Una invitación a la acción

La planificación y la concienciación comunitaria son herramientas poderosas para reducir los riesgos y salvar vidas. Ecuador es un ejemplo inspirador.

Para finalizar, el comandante Pazmiño expresó: «La certificación Tsunami Ready no garantiza inmunidad frente a los tsunamis, pero simboliza un compromiso colectivo para enfrentar los desafíos venideros con conocimiento, preparación y colaboración. Nuestro enfoque se centra en proteger a las comunidades costeras a través de medidas preventivas, educación y un desarrollo sostenible. Construyamos comunidades seguras y resilientes, donde la ingeniería y la arquitectura deben tomar en consideración las amenazas que una población tiene a su alrededor, convirtiéndose en aliados fundamentales para proteger nuestro presente y asegurar un mañana más seguro».